La base Princesa Isabel fue inaugurada el 15 de Febrero de 2009, y se convirtió en la primera base de investigación “cero emisiones” en la Antártida. Este proyecto trajo al continente antártico una importante impronta de modernidad, pero por sobre todo demostró que la protección del medioambiente no implica solamente las buenas intenciones expresadas en los acuerdos internacionales, sino que significa un resultado concreto que podría revolucionar la manera en que las operaciones antárticas son llevadas a cabo en este ambiente hostil permanente.