La ciencia y la protección del medio ambiente están íntimamente ligadas en la Antártida, como lo refleja la designación internacional del continente como reserva natural, dedicada a la paz y la ciencia. El objetivo del Protocolo sobre Protección Ambiental del Tratado Antártico (Protocolo Ambiental) es proteger integralmente el medio ambiente antártico, incluidos sus valores científicos de relevancia mundial. El Protocolo Ambiental estableció el Comité para la Protección Ambiental (CPA) para ayudar a las naciones antárticas a abordar los desafíos ambientales actuales, nuevos y emergentes, basándose en el mejor asesoramiento científico disponible. El CPA requiere una comprensión sólida del estado del medio ambiente antártico, cómo está cambiando y cómo es probable que cambie en el futuro, las consecuencias de las interacciones entre las actividades humanas en la región antártica y el medio ambiente, y también las implicaciones ambientales provenientes desde fuera de la región. El Comité Científico de Investigaciones Antárticas (SCAR) es un contribuyente importante y valioso de ese trabajo y, junto con otras organizaciones de expertos, desempeña un papel importante para garantizar que el trabajo del CPA se base en la mejor ciencia disponible. La colaboración estrecha entre el CPA y la comunidad científica es vital, y existen varias vías para que la ciencia continúe informando los esfuerzos internacionales para asegurar una gestión inteligente para proteger a la Antártida.